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Un grupo de amigos a la salida de una boda. Año 1953
A LA SALIDA DE UNA BODA
En 1953 contaba Aranda de Duero con unas 11.000 almas. Según el censo industrial, en aquel entonces había una fábrica azucarera, cinco de harinas, dos de pienso compuesto, una de hielo, dos de jabón, una de resinas y colofonias,cuatro de electricidad, tres molinos maquileros, tres aserraderos, dos imprentas y nueve panaderías, además de alfarerías y talleres de reparación de vehículos y maquinaria agrícola.
Con todo, la masa de la población se dedicaba al campo y la quietud era la nota dominante de la vida arandina, no siendo muy frecuente ver pasar vehículos motorizados por la carretera nacional, la cual atravesaba el centro de la localidad.
Los pocos vecinos que disponían de teléfono en sus casas tenían que esperar a oír la voz de la operadora que, de forma automática, preguntaba “¿número?”,para poder conectar con el otro lado de la línea. La centralita de teléfonos se encontraba en el arranque de la calle San Antonio, en la casa de Valentín
Romeral, cuyo nombre sigue figurando en la fachada del edificio. Cabe mencionar que en dicha casa se rodaron algunas escenas de la película de Juan Antonio Bardem Nunca pasa Nada.
Era costumbre en las bodas celebradas en los años cincuenta que las parejas recién casadas, al terminar la ceremonia religiosa, fueran paseando por las calles seguidas de los invitados hacia el Juzgado –entonces situado frente al actual cine Aranda–, para estampar sus firmas en el correspondiente documento oficial y recibir el libro de familia.
En la fotografía de portada podemos ver a un grupo de amigos a la salida de una de aquellas bodas, quienes se retrataron para el recuerdo delante de la ermita de la Virgen de las Viñas.
Figuran en la imagen, de izda. a dcha.: Félix Gutiérrez Malojo (panadero), Enrique Núñez Barajas, Mariano Núñez y José Soba.
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