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EN LA ROMERÍA DE SAN PEDRO. AÑO: 1964
Un año más nos aproximamos al día de San Pedro. Con motivo de ello, nos ha parecido oportuno recordar las romerías que, en los años sesenta del siglo pasado, se celebraban en Aranda de Duero alrededor de la ermita dedicada a este santo. Estas romerías, revestidas de gran entusiasmo, han dejado su huella en nuestro folklore. Cabe mencionar, a modo de ejemplo, aquella entrañable coplilla que comienza diciendo “San Pedro en una ladera...”, rememorando en sus versos esta popular festividad. En aquel entonces, los jóvenes arandinos, portando sus tradicionales botas de vino, sus robustos garrafones y -¡cómo no!- las exquisitas chuletas de cordero acompañadas del chispeante clarete, se dirigían con entusiasmo hacia aquella ladera donde se congregaba la multitud para festejar. Era costumbre acudir a la ermita en carros dignos de admiración, debido a la decoración artística compuesta por ramas de chopos que ostentaban, jalados por solemnes machos igualmente engalanados, dando como resultado una estampa majestuosa. Una vez emplazados en el punto de encuentro, las pandillas de amigos se dispersaban, algunos junto al río y otros en los alrededores del minúsculo santuario, deleitándose con las deliciosas provisiones que habían llevado consigo, mientras resonaban las carcajadas y los cánticos tradicionales que, a fuerza de pasar por el alma de muchas generaciones, se entonaban por doquier. En la imagen que hoy ilustra nuestra portada, captada en 1964, podemos contemplar una de aquellas entrañables pandillas de amigos en pleno apogeo durante el día de San Pedro, retratada por la hábil lente de nuestro fotógrafo local Zapatero. Se distinguen en la instantánea, de izquierda a derecha: Justino Hernando, Juan Peñalba, Manolo Martín, Carlos Moreno, Víctor Izquierdo, Julián Sualdea y Luis Durán. Cabe destacar, como nota curiosa, la inclusión espontánea de dos individuos en el margen derecho de la fotografía, quienes decidieron unirse al grupo de amigos en el momento preciso en que la instantánea inmortalizaba la alegría de aquel día.
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