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EL TROMPETISTA ALBERTO ESPINOSA. AÑO: 1.960
Siempre que pasamos por la gasolinera de la calle San Francisco, cercana a la plaza de toros, se nos viene a la mente el recuerdo evocador del Frontón Arandino. Esta remembranza se hace hoy más viva que nunca, gracias al magnífico mural artístico que Nano Lázaro ha dedicado al antiguo Frontón en las paredes que rodean las inmediaciones del surtidor. El Frontón Arandino fue, desde los días de la Segunda República hasta la década de 1970, uno de los principales puntos de esparcimiento de Aranda de Duero. En él acostumbraban a celebrarse diversos eventos, desde veladas de boxeo y partidos de pelota mano, hasta proyecciones de cine al aire libre o suntuosos banquetes sociales. Pero, quizás, el recuerdo más memorable del Frontón que guarden los arandinos que conocieron estas instalaciones sea el de los animados bailes que, durante las cálidas noches estivales, tenían lugar en sus elegantes pistas ajardinadas. En la década de 1960, coincidiendo con la realización del Festival Hispano-Portugués de la Canción del Duero, eran habituales los bailes de sociedad en homenaje a la reina y las damas de las fiestas patronales. En esas fechas, el Frontón contaba con la distinguida presencia de los cantantes de ambos sexos que participaban en el certamen, quienes disfrutaban de la pista de baile junto con el resto de asistentes, haciendo las delicias de la juventud arandina. En el colorido mural de Nano Lázaro destaca la figura de un virtuoso trompetista que se alza, majestuoso, por encima de los demás elementos de la composición. Dicho trompetista es Alberto Espinosa, quien en los años cincuenta del pasado siglo conquistó los corazones de los arandinos con su música y su simpatía excepcional. Casado con la arandina Celia Abajo, cariñosamente conocida como “Jeringuilla”, Espinosa tuvo el honor de acompañar al cantante cubano Antonio Machín durante sus giras por América. La fotografía que publicamos en portada fue gentilmente entregada por Alberto Espinosa al fundador de Cartelera Arandina Sulidiza, como testimonio de la profunda amistad que unía a ambos. En la instantánea puede verse al genial trompetista con su primera orquesta, gestada en tierras alemanas.
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